domingo, 16 de julio de 2023

Legua: XXIII Legua de Tielmes Vega del Tajuña

 Legua de Tielmes Vega del Tajuña.

Después de mucho tiempo en el dique seco y tras un par de semanas de vuelta a las calles, me ha apetecido volver a calzarme las zapatillas para recordar la increíble sensación de estar en una línea de salida. Para ello he optado por una bonita carrera en Tielmes, una bonita localidad situada en la Vega del río Tajuña.


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La carrera, de una legua, tiene una distancia de aproximadamente 5,9 Km y esto es curioso, ya que la legua es una medida histórica que indica la distancia que una persona puede recorrer caminando a pie en una hora y que, no es una medida muy establecida, oscilando entre los 4 y los 7 km en función del país e incluso de la región.

Los previos.

Como estamos en época de bastante calor, la carrera empieza a las 21:00, por lo que he preferido venirme al pueblo con tiempo para empaparme un poco de la atmósfera, volver a recordar de qué iba todo esto de las carreras y tener tiempo para recoger el dorsal y la camiseta.

Ya sabéis que una de las cosas que más disfruto de las carreras es, aparte de disfrutar del ambiente previo a las mismas, de pertrecharme con los colores de la carrera y sentirme uno más en la marea de color.

Por tanto, me he plantado en Tielmes sobre las 7, tiempo suficiente para recoger el dorsal, coger la camiseta, descubrir que los michelines que han brotado en mi ausencia del asfalto no caben igual de bien en una talla M y darme un paseo por la zona.

Me ha encantado, eso sí, portar el dorsal nº 100, creo que es el más bonito que he llevado hasta ahora.

Ha sido un placer reconocer a viejos conocidos de otras carreras, de escuchar la música ambiental, ver a los chavales participar en las carreras infantiles previas a la absoluta y volver a sentirme parte de este mundillo que ya tenía un tanto olvidado.

Nota muy positiva para la organización, todo claro, sencillo, bien pautado y organizado.

El calentamiento.

A pesar de ser un fanático de conocer los recorridos con antelación, estudiarme el trazado, el tipo de terreno y demás pormenores, en este caso y un poco por no saber mi nivel real he preferido dejarme llevar y limitarme a tratar de seguir el ritmo lo mejor posible.

Me ha sorprendido un poco saber que prácticamente la totalidad del recorrido es sobre pista, aunque me ha recordado a otras carreras hechas por la zona y también, viendo los entrenamientos previos, el altísimo nivel de los participantes para una carrera de "poco reconocimiento"

Reconozco que no tenía muchas ganas de hacer un calentamiento muy intenso, ya que mi nivel de forma está un poco por los suelos y tenía la certeza de que iba a necesitar cada gramo de energía en el recorrido, así que me he limitado a breves trotes aquí y allá y a unos estiramientos más por no parecer el más torpe del lugar, que por estar haciéndolos con verdadera concentración.

La carrera.

Como siempre me sucede, he pasado de ver los minutos caer a cámara lenta y estar deseando empezar a que de repente me pille el toro y me encuentre en plena cuenta atrás lejos de la línea de salida y sin haberme mentalizado ni preparado el reloj.

En cualquier caso, suena la bocina, empiezo a correr y me doy cuenta de lo pésimo de mi estado de forma. Los participantes salen como toros desbocados y en apenas una centena de metros ya son para mí formas vagas en el horizonte y me he quedado último y completamente solo.

Los ciclistas que se encargan de cerrar la carrera y hacer de coches escoba hacen malabarismos para poder mantener mi absurdo ritmo y bromean conmigo.

- "No te preocupes, que vas a llegar igual" dice uno

-"Sí, pero creo que los bares ya van a estar todos cerrados" responde otro.

Cerrando la carrera...

Como ya tengo unos cuantos kilómetros en mi haber, prefiero limitarme a sonreír y ceñirme a mi ritmo, sabiendo que no voy muy sobrado y que al final los kilómetros tienden a poner a cada uno en su sitio, por lo que si gasto mis fuerzas al principio, lo notaré más tarde.

En cualquiera de los casos, soy consciente de que me arrastro por la pista de arena a un ritmo más cercano a caminar rápido (6 min/km) que a correr, pero entre pitos y flautas ya ha caído el primer km y alguno de los corredores que habían salido disparados, parecen flaquear en el horizonte.

Me escucho jadear aparatosamente, pero intento subir el paso para alcanzar al grupo de rezagados, aunque me está costando mucho, a pesar de ello el cuerpo va recordando de qué iba esto de correr y disfruto a ráfagas de la sensación de estar allí.

El paisaje es bonito, una especie de campiña, aunque los estragos del calor veraniego seguramente lo hacen ver más seco de lo que acostumbra, pero aun así es agradable correr en mitad del campo y sobre un terreno algo más suave que el asfalto de la ciudad.

Más o menos a la altura del segundo kilómetro alcanzo al grupo de rezagados e incluso con un poco de cruel satisfacción, veo que alguno de ellos se queda detrás de mí. Aprovechando que hay una cámara delante, trato de recomponerme y sonrío fingiendo que voy perfectamente, aunque el esfuerzo por mantener un ritmo que ahora mismo parece quedarme un poco largo. De hecho, compruebo el reloj para verificar que he terminado este parcial en 6:08.

El ir encontrándome cada vez más corredores en el camino me va motivando y, aunque estoy lejísimos de mi mejor ritmo, al menos siento que puedo integrarme en la carrera y no me pasa como en otras ocasiones que acabo descolgándome por completo.

Por suerte, el terreno es bastante regular y apenas hay cuestas, ya que tal y como voy no puedo permitirme grandes excesos. A pesar de que mis piernas van más rápido de lo que pensaba que irían, mis pulmones no consiguen llevar el mismo ritmo... De momento sufro más que disfruto.

En los siguientes 2 km me limito a mantenerme en un ritmo cercano a los 6 minutos, que es el máximo en el que me veo capaz de mantenerme sin desfallecer y aunque me motiva ver que consigo adelantar a algún rezagado más, me siento más torpón de lo que recordaba ¿Es normal sentir el michelín dando saltos? Supongo que sí... cosas de la edad y de la falta de kilómetros.

Si voy más lento me caigo.

El recorrido de la carrera tiene una forma semejante a un signo del infinito amorfo, empezando y terminando en el centro del mismo y con un lazo abierto en cada dirección, así que en ese momento estamos pasando justo al lado de la línea de salida/meta y que me deprime un poquito ver que algunos participantes ya han llegado cuando yo estoy aproximadamente en el 60% del recorrido. Por suerte, al volver a estar en el centro del pueblo, hay más afluencia y algunos chavales nos animan haciendo subir la moral.

Además, un hombre ha salido a la calle con la manguera y riega a los participantes. A pesar de ser cerca de las 10 de la noche, el sol aún está bastante alto y el calor de julio se hace notar, así que dejo que me empape y siento que revivo un poco ¡Las carreras populares no serían nada sin la gente que anima! Aún así, se me están haciendo largos los kilómetros y recuerdo tiempos más felices.

Cierro el km 4 en 5:56, cerrando un nuevo parcial por debajo de 6 minutos y decido intentar terminar en menos de 36' para tener al menos la recompensa de un ritmo mínimamente digno, pero para ello sé que me va a tocar apretar un poco. Me propongo ser un poco conservador en el 5º km y darlo todo en el último, ya que si intento apretar ahora muy probablemente me quede sin fuerzas para terminar como me gustaría.

Me arrastro literalmente durante el kilómetro 5, haciendo balance de energías para poder darlo todo al final (como si me quedara mucho) y me limito a perseguir a un grupito de rezagados que parece ir tan justo de fuerzas como yo. Bueno, también adelanto a una pareja de mujeres de unos 60 años que van trotando relajadas mientras charlan de sus cosas y que, honestamente, dan la sensación de poder destrozarme si tuvieran algún interés en la carrera

Hago una foto mental de la situación y pienso en que han llegado al 5º km sin despeinarse y sin sudar, hablando tranquilas y mirándose la una a la otra como quien ve llover mientras yo me siento encharcado, destrozado y resollando con la vista fija en el horizonte esperando que aparezca el oasis en forma de meta. Cierro el parcial en 6:05 y ahora es cuando toca darlo todo si quiero bajar de los 36'.

Finalmente emboco el último kilómetro, es una recta de arena donde había estado trotando en el calentamiento, así que me da tranquilidad reconocer el terreno en el que me muevo por primera vez. Puedo empezar a hacer cálculos de cuánto me queda y cuánto puedo dar y empiezo a esprintar. Bueno, lo llamo esprintar, pero estoy seguro que desde fuera se vería un fofisano trotón con cara de mucho esfuerzo desplazándose a velocidad absurdamente baja...

Aún así, consigo adelantar a una chica que llevaba delante de mí los últimos kilómetros y entro en la línea de meta con mi mejor cara de velocidad, listo para salir en las fotos con gesto de gloria. Debo dar tanta pena que el speaker se olvida de mí mientras nombra a todos los demás participantes que llegábamos a la meta en ese momento (seríamos 4) y el fotógrafo dispara a cualquier sitio en el que no esté yo. -¡Seguro que son vecinos! mascullo mientras aprieto los puños y cruzo la meta a "toda velocidad". Cierre del último parcial 5:38.

Al final, una vez superada la infantil decepción de haber sido ignorado vilmente en la meta, me siento orgulloso de varias cosas.

  1. Haberme puesto otra vez unas zapatillas.
  2. Haber cruzado otra línea de meta.
  3. Terminar por debajo de los 6min/km.
  4. ¡Demonios! ¡Estar aquí cuando me parecía impensable!
Conclusión.

Me da rabia haber dejado este maravilloso mundo tanto que, aunque mi cabeza aun recuerda ser capaz de cosas mejores mi cuerpo lo haya olvidado casi todo. Estar aquí, con las zapatillas puestas y cruzando otra meta supone al final un logro, contra mí mismo, contra la pereza, el sofá y la procrastinación y sobre todo contra todos los miedos y complejos.

Al final, aunque siempre sufra durante las carreras no puedo olvidar lo mucho que mola cruzar una meta y sentirse por unos segundos el rey del mundo.

Por cierto, impecable organización por parte de Tielmes, al terminar un estupendo refrigerio con bebidas y fruta fresca nos esperaba y hasta la posibilidad de refrescarnos en la piscina o darnos una ducha. ¡Así sí!

El trazado y los parciales.


¡Nos vemos en las calles!

sábado, 2 de julio de 2022

El retorno a las calles...

Bueno, pues una serie de imprevistos personales me han tenido alejado del maravilloso mundo del running durante un tiempo... En concreto desde mi última carrera, pero hoy, para celebrar que estoy nuevamente en condiciones de retomarlo he decidido calzarme unas zapatillas nuevamente.

Reconozco que ha sido duro, porque si bien cuando lo retomé después de estar lesionado fue duro, al mismo tiempo era una cuenta atrás en donde cada día de fisioterapia me acercaba un poquito más a la vuelta. En cambio esta vez, no tenía muy claro en qué momento iba a tener la disponibilidad suficiente para volver a planteármelo.

Por suerte, no hay ni bien, ni mal que 100 años dure y hoy he podido, por fin, volver a calzarme unas zapatillas y ... lo reconozco, ha sido un infierno. Los primeros mil metros, el cuerpo respondía, mal, pero respondía, pero a partir de ahí me ha recordado a mis carreritas iniciales en las que arrastrarme más de un centenar de metros me parecía ciencia ficción.

Al final, he conseguido, con mucho esfuerzo, recorrer unos 3'5 km que espero sean los primeros de una nueva lista de desafíos.

Nos vemos en las calles!

domingo, 13 de febrero de 2022

8K: La carrera de la primavera.

La carrera de la primavera.

Hoy, después de tener que cancelar mi participación en la carrera por la Salud Mental, me tocaba afrontar la que iba a ser mi décima carrera popular: La carrera de la primavera, que conmemora el año nuevo chino, en este caso el del tigre.

Generalmente suele pasarme que llego a las carreras con mis mejores expectativas y a medida que voy tropezándome con problemas voy bajando la nota mental que le asigno a cada de una de ellas.

En esta ocasión y como ya empiezo a llevar algunas carreras a mis espaldas y con ellas algo de experiencia, empiezo a poder diferenciar las cosas normales de las que lo son un poco menos con un poco más de perspectiva.

Los horarios:

De esta carrera, sabía además del motivo de su celebración, que confluirían 3 distancias al mismo tiempo: 5K, 8K y 16K, pero en ningún lugar de la página web indicaba si éstas saldrían a la vez o si habría cajones por tiempos. Tan solo ayer, a las 11 de la noche, siendo la carrera hoy a las 9 de la mañana se nos confirmó el horario de manera oficial.

Al final, 3 carreras, mismo horarios y sin cajones, con lo que siempre se genera una cierta confusión a la salida entre los que pretenden hacer marca y los que no, más aún cuando se organiza un espectáculo previo junto a la salida que agolpa de manera indiscriminada a corredores con expectativas y a corredores sin ellas y que acaba perjudicando a los que buscan hacer tiempo.

Sinceramente y sin desmerecer el ánimo festivo de la carrera, creo que penaliza un poco a aquellos corredores que acuden a estos eventos para algo más que lucir un dorsal nuevo en el pecho como podría ser mi caso.

Los precios:

Es cierto que nos encontramos en un sistema de libre mercado y que cada uno es libre de poner los precios que estime oportuno, pero en este caso la broma ha costado 26€ con medalla conmemorativa, lo que la pone a un nivel incluso superior en precio al de eventos deportivos de mucho mayor calado como pueda ser Madrid corre por Madrid o los 10K de la EDP Rock and Roll.

Más aún cuando vemos que la carrera solo incluye agua en su avituallamiento y que ésta solo se da al final de las modalidades de 5K y 8K. Más llamativo me parece que solo haya un avituallamiento intermedio en el 16K que empieza a ser una distancia más considerable.

Al final estas cosas hace que más o menos gente se apunta a un evento que tenía todos los ingredientes para ser increíble y se ha quedado en anecdótico


Muy poca gente a 10 minutos de empezar...

.La medalla: 

Una de las cosas que me hacía ilusión de esta carrera es su medalla conmemorativa, luciendo una iconografía china y una de las 12 partes del horóscopo chino pero...

Primero su precio, que suma 8€ al ya alto precio de la participación en una carrera que no habrá tenido ni 1.500 corredores (por algo será)

Segundo el hecho de que entreguen la medalla en algún momento de la semana posterior a la carrera sin confirmar aún en qué fecha y que de esto no se informe hasta haberla pagado. Desde luego si lo hubiera sabido de antemano no la habría comprado.

En el mundo de los corredores populares hay mucha gente que se desplaza para correrlas y si ya es engorroso el tener que ir con un día antes para recoger el dorsal, más aún tener que volver una semana después para recoger la medalla.

Una vez mencionado todo esto, quizás entendáis que haya llegado a la carrera con cara de sentirme un poco estafado antes de correr. En mi caso particular, hoy era el cumpleaños de mi padre y por motivos personales los tigres son un símbolo para él. Así que le había prometido correr en su nombre y regalarle la medalla

En este caso, me parece una auténtica tomadura de pelo que la medalla finisher de una carrera se entregue a toro pasado.

A correr...

Una vez superado el mal rollo inicial me he plantado en el Paseo de Recoletos junto a La Cibeles con el dorsal 1374 al pecho y mi camiseta temática esperando encontrarme una bonita marea de color rojo. Sin embargo y a pesar de ser una carrera promovida por Mapoma, su alto precio seguramente haya desanimado a mucha gente, ya que en carreras de menor calado he visto una afluencia muchísimo mayor, por lo que el aspecto oriental que esperaba encontrar parecía un poco deslucido.

Otra cosa que me ha llamado la atención es que solo hubiera 4 baños portátiles para cerca de 1.500 personas, por lo que las colas tan tremendas me han hecho desistir de mi propósito de utilizarlos.

Por lo demás, una breve representación de la Danza del dragón chino, ha dado un poquito de color a una salida verdaderamente fría, incluso sumando a los participantes de las 3 distancias. Más aún cuando los speaker se han confundido intentando hacer una cuenta atrás en chino que han convertido la salida en caos absoluto.

La danza del Dragón.

Con estas sensaciones he empezado a correr, con una cara entre "tierra trágame" y "acabemos con esto". A pesar de todo, hoy tenía mis propios planes, además de un molesto dolor repentino en un pie con el que he amanecido y que me ha hecho de inicio tomármelo con calma, pretendía grabar varias retransmisiones para felicitar a mi padre desde la carrera, así que por primera vez en mi breve trayectoria me he pasado los primeros cientos de metros con el móvil en alto y grabándome mientras corría y le felicitaba.

El recorrido de la carrera, también un poco insustancial, se trataba de un sube y baja por la Castellana, que en el caso de los 8K, mi distancia, llegaría hasta la Plaza de Cuzco antes de dar la vuelta. Por tanto, a pesar de ser un recorrido poco motivador contaba con la ventaja de conocer al dedillo el trazado y de saber que los últimos 4 kilómetros serían cuesta abajo por lo que he preferido tomarme con calma la subida y apretar a la vuelta.

Como iba pendiente de las molestias del pie y no quería forzar y al mismo tiempo quería ir haciendo grabaciones periódicas, -que al final han sido cada 2 km- la subida se me ha pasado muy rápida y prácticamente no me he sentido fatigado en ningún momento. De hecho, recuerdo haber pasado el mismo tramo con gran dificultad en carreras como la Carrera de las empresas  mientras que hoy apenas he necesitado esforzarme para subir a un ritmo de 5:50 incluso mientras hablaba para los videos.

La verdad es que cuando he querido darme cuenta estábamos dando la vuelta y me he encontrado a mi mismo grabando el vídeo de los 4 km mientras cruzaba frente al Bernabéu muy lleno de fuerzas aunque con el pie algo tocado.

El resto de la bajada he intentado ir equilibrando entre no forzar mucho y sacar algo de margen, por lo que me he movido sobre los 5:30 minutos por kilómetro hasta casi llegar a Colón.

A pesar de ser una carrera promovida por la comunidad china y que pretendía dar un toque de mucho color y festividad, la verdad es que ha sido más bien aburrida en cuanto a que apenas había nadie por las calles, nadie animaba y hasta los corredores -que no eran demasiados- parecían puntos dispersos en una Castellana que se nos quedaba un poco grande. 

Con ese plan, me he entretenido en animar yo a algunos niños que hacían el recorrido de 5 Km junto con sus madres y tratar de aprovechar los ánimos que les daba yo a ellos para no perder energía en la bajada.

Finalmente cuando he entrado en Colón, se me ha escapado cualquier atisbo de prudencia y he decidido esprintar. Tengo que decir que el hecho de terminar en bajada cuando creo que todas mis metas anteriores habían sido en subida me han dado una sensación maravillosa, ya que he podido llegar a ritmos que no habría podido ni soñar unos meses antes y cerrar el último kilómetro en 4:51 habiendo recorrido los últimos 300 o 400 metros a unos 4:10 el minuto. 

La sensación de adrenalina y velocidad me ha hecho entender a los grandes de este deporte y su motivación por ser siempre mejores. De repente y aunque solo haya sido por unos cientos de metros he podido jugar en una liga que de momento está muy lejos de mi alcance si me quitas la cuesta abajo.

Al final, un tiempo de 44:48 y un ritmo de 05:36 que en comparación con los 50:57 en la que fue mi primera carrera popular y además en la misma distancia -La Carrera del Pollo-  me hace ver cuánto he mejorado en menos de 9 meses.

Conclusión.

A pesar de haber llegado muy mosqueado a la carrera, reconozco que me lo he pasado muy bien. Me ha encantado sentir cómo mi cuerpo tiraba bien y ver que la carrera se me ha hecho cortísima. Prácticamente no he sufrido y me voy con la sensación de haber hecho un muy buen final e incluso de haber podido apretar un poco más.

Al mismo tiempo me ha encantado que tras cruzar la línea de meta se han acercado a mí para felicitarme por haber ido animando a los niños de la carrera, lo cual me ha hecho sentir triplemente bien:

1) Por haberle transmitido a alguien los ánimos que tanto bien me dan cuando los recibo yo.

2) Por el hecho de que existan personas tan empáticas como para valorarlo y valientes como para atreverse a decirlo.

3) Porque me han querido reclutar para participar en carreras con personas con minusvalías y ayudarles a cruzar las metas que por sí solos quizás no podrían y sinceramente no se me ocurre nada más increíble.

Así que con esa sensación me voy con ganas de que llegue la carrera de Los Bomberos 2022, que será mi próximo reto y ver si la sensación de mejoría física y sobre todo mental sigue creciendo.

La clásica cara de tonto post-meta

¡Nos vemos en las calles!

PD: Cuando tenga la medalla ya la publicaré...

domingo, 6 de febrero de 2022

Cambiando de planes

Recogiendo carrete...

Este fin de semana tenía el objetivo de correr la carrera por la Salud Mental 2022, en la que sería mi décima carrera popular y la segunda del año.

Sin embargo, ayer me di cuenta de que todavía no me he recuperado bien de la carrera Fundación Real Madrid de la semana pasada en la que acabé poniendo más carne en el asador de la que tenía disponible. Así que intentando ser un poco prudente para no acabar lesionándome otra vez, he decidido -con todo el dolor de  mi corazón- no participar teniendo en cuenta que el 15K de la MetLife Madrid está a la vuelta de la esquina.

Eso sí, cuando una puerta se cierra siempre hay que abrir una ventana, así que he decidido apuntarme la semana que viene al 8K de La carrera de la primavera contando con que esta semana extra me permitirá llegar en mejores condiciones.

Por tanto y si el cuerpo aguanta, mi décima carrera servirá para celebrar el año nuevo chino del tigre, lo cual me parece de lo más adecuado como forma de conmemorar ambos acontecimientos únicos.

Por otro lado y aunque el recorrido no me parece especialmente interesante por ser un sube y baja por el Paseo de la Castellana, sí me parece muy motivadora la estética china del evento y sus colores rojizos que espero que me regalen una gran marea de color de esas que tanto me gustan.


El recorrido

Por tanto, me tomo este pequeño receso como un pequeño pasito atrás con vistas a seguir creciendo en mi camino al que será mi primer 15K.

Eso sí, al menos me he dado el gusto de hacer un pequeño entrenamiento luciendo mi camiseta de la Carrera por la Salud Mental.

Mi salud mental me pedía hacer unos kilómetros

¡Nos vemos en las calles!

lunes, 31 de enero de 2022

Preparando los próximos retos.

Buscando nuevos objetivos.

Como siempre pasa, después de terminar una carrera tengo unos días de subidón en los que estoy deseando volverme a poner un dorsal al pecho. Por tanto, suelo aprovechar estos días para apuntarme en otras carreras y empezar a planificarme el calendario.

En este caso, dado que acabo de terminar un 10K donde a pesar del buen resultado tuve unas sensaciones iniciales malísimas, he querido probarme la semana que viene en una carrera de solo 5 kilómetros para ver que tal responden las piernas sin ponerme mucha exigencia.

La carrera en cuestión es la X Carrera por la Salud mental, organizada por la Fundación Manantial y que será además mi 10ª carrera popular. Así que nada mejor que celebrar mis primeros 10 dorsales aportando en una iniciativa solidaria.



El recorrido tendrá lugar en un circuito de ida y vuelta entre el Parque del Oeste y Alonso Martínez y con un bonito sube-baja que me hará dar lo mejor de mí.


Al mismo tiempo y con vistas a mi objetivo futuro de plantearme una media maratón, me he inscrito en la VII 15 Km MetLife Madrid Activa, una carrera de 15 Km que va a resultar todo un desafío para mí que nunca he superado los 10 Km.

Seguramente este objetivo se me quede un poco largo, pero me apetece enfrentarme a la sensación de una distancia mucho más exigente y ver si puedo dar la talla. Así que desde hoy toca un plan de entrenamiento más riguroso y exigente que lo que he hecho hasta ahora.


Por tanto, dos nuevos objetivos en el horizonte y de nuevo unas ganas locas de ponerme las zapatillas y empezar a quemar kilómetros,

¡Nos vemos en las calles!

domingo, 30 de enero de 2022

10K: V Carrera Fundación Real Madrid

V Carrera Fundación Real Madrid

Los previos

Llevo algún tiempo sin escribir por la única razón de que con mi ajetreada vida personal he tenido muy poco tiempo para salir a entrenar y en estas circunstancias llegaba al final de Enero sin haber corrido ni una carrera y empezar mal mi propósito de 2022 de correr al menos una vez por mes. 

Además he descubierto con horror que, no sé si por haber tenido el Covid sin saberlo o cualquier otra razón, de repente estoy terriblemente flojo. Acostumbrado en los primeros días de enero a rodajes de al menos 6 kilómetros y con un ritmo cercano a los 5:30, en los últimos días que he salido he sido incapaz de dar la talla y en más de una ocasión he tenido que pararme a los 3 o 4 km por no dar más de mí.

Así que anoche mientras me preparaba para la que sería mi primera carrera del año y esta mañana mientras me vestía tenía una espantosa sensación: No quiero correr.

Sin embargo, un poco porque soy cabezota y otro poco por "yo lo he pagado, yo corro" me he plantado en la línea de salida con una sensación muy desagradable.

Así pues, dorsal 1204 en mitad de la Castellana, al lado de los Nuevos Ministerios con el himno del Real Madrid sonando a todo trapo, bastante más gente de la que esperaba para ser una carrera "minoritaria" y en general me ha sorprendido la cantidad de gente con la camiseta oficial. Ya sabéis que me encanta la "marea de color". Es decir, cuando ves a todos los participantes avanzar a la vez luciendo el color de la camiseta de la carrera.

Supongo que el hecho de ser una carrera promovida por un club de fútbol hace que participe gente más afín y que sea más fácil que quieran ponerse el logo al pecho.

Normalmente disfruto del ambiente, me gusta mezclarme y sentir que formo parte de la marea de color pero hoy creo que tenía más ganas de irme que de quedarme. ¡Qué mala es la mente!

La carrera

En estas circunstancias estaba, sintiéndome incómodo con mi estado y viendo como iban dando la salida a las olas que me precedían y al contrario que otras veces, estaba tan poco absorto que hasta me he acordado de sacar fotos y poner el reloj con tiempo, cosas que casi nunca hago.

Listo para empezar... ¿o irme?

De repente ha sonado el disparo de salida y cuando llega ese momento, de una forma o de otra ya no hay vuelta atrás.

Tenía la sensación de haber salido muy rápido y he querido controlar mi impulso inicial de no dejarme llevar con el subidón, pero cuando he mirado el reloj me he decepcionado un poco. A pesar de t5ener la sensación de ir a tope estaba yendo a 6:30, así que en lugar de frenar me ha pasado lo que nunca antes, he querido acelerar.

El primer kilómetro se me ha hecho muy duro, cuesta arriba por la Castellana, mirando incrédulo el reloj que no bajaba de 6:30 y una sensación de ir fundido desde la salida.

Me ha venido bien ver que mucha de la gente que estaba conmigo en la salida mantenía un ritmo cercano a los 6, así que contrariamente a lo que siempre hago, me he acercado a ellos para tratar de buscar alguien que me marcase un poco el ritmo, para terminar mi primer kilómetro en 6:12 a pesar de sentir que me estaba dejando el alma.

Los sube y baja de la calle Alberto Alcocer me estaban matando y recordando mis peores momentos de la EDP Rock and Roll mi estómago parecía una orquesta de cumbia, dando saltos sin parar. ¡No estaba siendo mi carrera! 

En este momento había cerrado mi segundo kilómetro a 6:03 y ya estaba buscando la meta porque no podía más. Por suerte las primeras bajadas de Príncipe de Vergara han venido en mi auxilio y además he vuelto a tener a la vista al grupito que intentaba seguir así que me he animado a alcanzarles y tirar a su ritmo todo lo que pudiera.

De esta manera y luchando contra un sinfín de pensamientos negativos que nunca había sentido, he podido mantener el ritmo y cuando me he dado cuenta ya habíamos llegado al Parque de Berlín en torno al kilómetro 4 habiendo recorrido los dos últimos en 5:39 y 5:31. De repente las medias empezaban a ser muy positivas y aunque me sentía muy cansado, no me sentía peor de como había empezado.

A pesar de eso, en ese momento, una bifurcación separaba los caminos de 10K y 5K y os prometo que nunca he sentido tantas ganas de irme por el camino corto, pero después de regañarme a mi mismo con mi voz interior más severa no me ha quedado más remedio que agachar la cabeza y cruzar obediente la Plaza de Cataluña rumbo a mis próximos 6 Km.

En ese momento en el que ya me he animado a seguir en carrera, el resto de mi cuerpo ha decidido alinearse con mis pensamientos y a empezado a tirar más fuerte. Reconozco que el que todo ese tramo fuera cuesta abajo me ha servido para poder subir el ritmo sin resentirme mucho y animarme al ver cómo llegaba al ecuador de la carrera con otro parcial de 5:31.

Parciales de los primeros 5 km

A partir de ahí me he reconocido a mí mismo y por fin he empezado a hacer mis típicos cálculos a lo cuento de la lechera para poder llegar en menos de una hora. "Si mantengo este ritmo otro kilómetro más, podré perder 20 segundos por kilómetro cuando llegue a la cuesta arriba...". Sé que soy un maldito enfermo, pero son las cosas que me ayudan a centrarme en la carrera y a ir poniéndome pequeñas metas que me mantienen motivado durante el recorrido.

Seguía sintiendo el estómago dando saltos, pero he decidido que me daba igual y el avituallamiento, aunque muy frío ya que nadie daba un mísero ánimo, me ha sentado de perlas para recuperar sensaciones más agradables.

Por fin estaba disfrutando de la carrera y recorrer nuevamente Serrano que me recuerda a la EDP Rock and Roll y a mi reciente San Silvestre Vallecana me ha dado alas. Moverme sobre territorio conocido siempre te da confianza y hasta ahora, salvo el tramo de la Castellana, solo había ido por zonas que solo conocía yendo en coche.

Cerrar el kilómetro 6 a 5:26, además con un muy acertado cartel puesto por la organización "Ya lleváis más de la mitad, ánimo" y dándome cuenta de que aún tenía al menos otro kilómetro más cuesta abajo antes de enfrentarme a la cuesta arriba ha terminado de animarme a seguir tirando fuerte y casi ni me he enterado del recorrido hasta llegar a la Puerta de Alcalá tras terminar en 5:32 el kilómetro 7. De repente las cuentas me daban y todo tenía muy buena pinta.

Confieso que me preocupaba muchísimo enfrentarme a la subida desde las Cibeles hasta nuevos Ministerios, pero cuando he empezar a subir por Recoletos me he dado cuenta de que tenía la Plaza de Colón y ni siquiera me parecía muy lejana. Había cerrado el kilómetro 8 a unos increíbles 5:19 y me sentía mejor que nunca.

Vale, en este momento la euforia se me estaba gastando a medida que continuaba subiendo, pero a pesar de ir jadeando como un perro en verano, no me sentía tan mal. Aunque la subida era dura, no me estaba costando ni la mitad de lo que temía y me veía capaz de mantener al menos un ritmo de 5:40.

En ese momento y tras haber comprobado en un par de punto kilométricos que llevaba unos 200 metros de diferencia contra mi GPS ya solo era cuestión de seguir apretando mientras entretenía mi mente haciendo cálculos. "Si en el kilómetro 7 llevaba 130 metros de diferencia y ahora estamos llegando al 9, entonces me faltan..." pero sinceramente, me sentía a tope y no me hacía ni falta.

En ese momento paso delante de dos chicas que nos animaban en Colón como si no hubiera mañana -las únicas de toda la carrera-, dándome el impulso suficiente para el último tirón cuando quedaban apenas quedaban 1.000 metros. Siendo sincero, me daba miedo dar un último sprint y quedarme seco, pero ahora a toro pasado siento que podría haber apretado un poco más.

A pesar de todo, he cruzado la meta dando todo lo que me quedaba y al mirar el reloj he visto con mucha sorpresa un tiempo de unos 57:35. De hecho, casi 200 metros antes ya me había saltado el aviso de haber hecho MMP de 10K en 56:31. ¡Tengo que aprender a correr por los puntos de menor distancia!

En cualquiera de los casos me llevo dos inesperados MMP: Mis mejores 10 Kilómetros y mi mejor tiempo oficial en un 10K.

Un placer inesperado

Conclusiones

En mis últimas carreras iba con muchas ilusiones: Bien porque me encantaba el concepto de la carrera en sí misma como la Carrera contra el cáncer, el recorrido como la EDP Rock and Roll, o su historial como la San Sivestre Vallecana y en todas ellas, a pesar de haber disfrutado mucho siempre he terminado con un cierto saborcillo amargo en la boca por no haberme sentido tan especial como esperaba.

En esta carrera no esperaba nada bueno, de hecho me esperaba cosas muy negativas: Sentirme fatal, no poder terminar y volver a casa con el rabo entre las piernas. Sin embargo, a pesar de que como carrera en sí ha sido mucho más pequeña, fría y sin el sabor de las otras me ha dejado un gran sabor de boca.

En primer lugar porque, aunque es cierto que tenía sus fallos, como por ejemplo que la medalla finisher te la dieran al recoger el dorsal ¡Antes de la carrera! o que ni el avituallamiento final ni la bolsa del corredor tuviera nada sólido. ¡Un platanito siempre viene bien!, estaba lo bastante bien organizada con todas esas cosas básicas que deberían venir por defecto como guardarropa, avituallamiento intermedio... etc. que he echado mucho en falta en carreras que tienen un cartel muy superior a esta.

En segundo y el más importante porque es la primera vez que he conseguido cambiar mis pensamientos desde lo más negativo a lo más positivo y he podido reconducir una carrera que había empezado fatal.

Es cierto que en otras carreras como la EDP Rock and Roll había tenido malas sensaciones al principio o momentos de flaqueza, pero eran carreras a las que llegaba con muchas ganas y con todas las expectativas puestas, por lo que a nada que empezaron a salir bien las cosas me fue muy fácil cambiar el chip. 

En este caso, en torno al kilómetro 4 no tenía nada que me mantuviera en la carrera y solo quería, como diría Mafalda, "que paren el mundo que me quiero bajar".

Por tanto me llevo el enorme aprendizaje de que en las carreras como en la vida no siempre estamos como nos gustaría, pero seguimos teniendo el potencial de hacer que las cosas sean diferentes. No siempre que empiece mal voy a ser capaz de darle la vuelta a la tortilla hasta un MMP, pero es bueno saber que tendré las herramientas para dejar de pensar en lo que no debo y cambiar mi forma de aforntarlo.

Al final, tiempo oficial ¡57:30! mi tercer Sub-60 y una medalla finisher súper bonita.

Una más para la colección.
¡Nos vemos en las calles!

martes, 11 de enero de 2022

Entrevista en EduTri3

Hoy he tenido el inmenso placer de aparecer en el fenomenal blog de EduTri3 en su sección de El Rincón del corredor popular con una de sus entrevistas en 20 preguntas para hablar un poquito de mis aventuras como corredor popular.


Si alguien no conoce el blog se lo recomiendo encarecidamente ya que publica casi diariamente entrevistas a corredores populares reales -incluso tan novatos como yo- que, además de contar historias de lo más curiosas, te hacen sentirte parte de algo mucho más grande.


Por lo demás el blog es una pasada, tanto en su estética como en su contenido donde podrás encontrar desde noticias del mundo deportivo a sus propias crónicas de las muchas carreras en las que participa. ¡De mayor quiero ser como él!

Por lo demás, os invito a leer en su propio blog la entrevista completa

Cuidado: Leer sus entrevistas puede ser adictivo.

¡Nos vemos en las calles!