sábado, 17 de abril de 2021

Mis primeras metas

Mis posteriores incursiones corredoras no fueron más exitosas que la primera. Aunque iba alternando entre correr y caminar, especialmente cuando se acercaban las temibles cuestas, sentía que el corazón se me salía por la boca y terminaba las sesiones por completo y demoledor ko técnico.

Ya, ya sé que eso es algo que nunca debe hacerse, pero aunque no haya pasado mucho tiempo algo he aprendido desde entonces, y en cualquier caso nunca superaba los 2 o 3 kilómetros en el mejor de los casos y a unos ritmos que darían vergüenza a cualquier abuelito en andador que se precie.

En cualquier caso, como siempre he sido de naturaleza competitiva y mi cerebro aun recordaba engañosamente haber sido atlético y espartano en otros tiempos, decidí apuntarme en alguna carrera popular de 5 km como motivación para seguir arrastrándome por el asfalto.

Me puse a rastrear por internet, porque no tenía ni idea de cómo funcionaba todo eso de las carreras populares de las que tanto había oído hablar y descubrí que existe todo un mundo, con miles de carreras, distancias y motivos.

Había una que me pareció particularmente interesante, la carrera Pro-futuro 2020, que tenía una ruta alrededor del Retiro, en Madrid y que tenía la modalidad de 5km. Con más miedo que vergüenza me inscribí y comencé a hacer un cálculo mental de cuánto tiempo tenía por delante -unas 8 semanas- para ser capaz de dar el salto desde mis actuales 3 km con paradas a los 5km sin ellas.

De hecho, me resulto aterrador ver que existía un tiempo máximo para terminarla... y ya comencé a imaginarme siendo expulsado de mi primera carrera por no haber entrado dentro los 75' que daban para terminarla. 

A pesar de ello y como quedaba mes y medio para la carrera y buscaba alguna motivación más inmediata, me inscribí también en la UAM-Run de 5k para la que quedaban unas 4 semanas, pensando que si la meta estaba demasiado lejos en el tiempo podía perder el interés.

De esta manera me marqué un ritmo de correr día sí y día no tratando cada día de estirar una centena de metros mi distancia máxima y viendo como mi pulsómetro me mostraba terribles marcas de hasta 205 ppm cuando aún no llevaba ni los 3 km. Otra cosa que sé hoy en día es que no es para nada recomendable moverse en unos umbrales tan altos.

En fin, el caso es que había empezado con mis primeros pasos el 18 de julio y a día 1 de agosto, es decir, 8 sesiones después ya comenzaba a sentirme mejor. La terrible y obligatoria cuesta arriba que había de vuelta a mi casa no me parecía tan inabordable y me vi animado a tratar de lograr mis primeros 5k como fuera.

Salí a paso algo más lento de lo normal para no agotarme rápido y desde ahí fui aumentando el ritmo. Confieso que los últimos 2 km miraba el reloj cada 3 segundos y casi iba descontando metros uno a uno,  pero lo conseguí. Bueno... más o menos. Ese día descubrí algo, mi GPS en ocasiones marcaba unos cientos de metros de inicio si empiezo la carrera nada más ponerlo en marcha. Así que a pesar de lucir mis flamantes 5.000m en 33 minutazos, cuando lo pasé a Strava me llevé un pequeño chasco...¡Me faltaban 60 metros!



En fin, mis primeros 5k tendrían que seguir esperando, pero lo más difícil ya estaba hecho. De repente la carrera pro-Futuro parecía alcanzable.


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